La humanidad ha estado históricamente en un largo viaje para llegar finalmente a un mundo que es complejo e interdependiente. Nos encontramos en un momento de la historia de la humanidad en la que estamos dejando atrás una era para entrar en la siguiente.

La época que estamos dejando atrás es la era moderna. La época que estamos a punto de cambiar  se le ha dado muchos nombres  como – digital, post-moderna, nueva era, etc – sin embargo, ha sufrido hasta ahora de la falta de verdad y previsión genuina.

Estos períodos de transición son también momentos de crítica y  oportunidad, cuando los catalizadores del cambio ejercen una mayor influencia de lo normal en el resultado de los acontecimientos. En tales períodos actuales ideas, instituciones y creencias tienden a sobrevivir en su utilidad.

Sin embargo, hay principios rectores que nos pueden ayudar, si no es a predecir el futuro, por lo menos permitan determinar modelos alternativos del futuro. Por ejemplo, podemos ver que muchos de nuestros sistemas actuales buscan el crecimiento a través de cada vez más alta complejidad y numerosos niveles de organización, mayor dinamismo y una interacción más estrecha y más delicado equilibrio con el medio ambiente.

Por lo tanto, podemos prever un futuro que este muy conectado e integrado; más descentralizado; tecnológicamente avanzado; más sostenible y equilibrado; e interconectados no local. Pero ‘no-localmente’ interconectados  quiere decir objetos físicos / carrocerías -, es más bien  como la conciencia humana – Mantener formas eficaces de relaciones a distancia.

El término ‘no-localidad’ proviene de las ciencias cuánticas, que son fundamentales para ofrecer al mundo un nuevo paradigma de unidad integradora, intrínseca, e inmediata.

Es un paradigma que ayuda a explicar nuestra inherente conectividad energética, que forma una base para la proximidad física y la continua conectividad  que se desarrolla en el mundo. Este nuevo paradigma emergente es la clave para entender lo que se conoce como la Edad Akáshicos.

El camino a una Edad Akáshico es un tiempo de transición donde nuestras crisis se convierten en nuestros catalizadores; y nuestras interrupciones se convierten en nuestra fuerza motriz. En gran medida, estas oportunidades / interruptores se basarán en la forma en que utilizamos nuestros recursos; comunicaciones en nuestra forma de conectarse y colaborar; y la conciencia en nuestros patrones de pensamiento y coherencia interna.

En estos momentos cuando hay grandes fluctuaciones en las visiones del mundo, valores y creencias, nos vemos obligados a volver a organizar la forma en que pensamos y hacemos las cosas. Tales momentos son propicios para emerger nuevos modelos. Estos nuevos modelos es probable que surjan en primer lugar en la periferia – como ‘anomalías’ – antes de proseguir  hacia el centro para desbordar y superar a los viejos sistemas centralizados y egocéntricos.

Estos nuevos modelos también muestran una marcada diferencia de las que ellos   operan a través de canales centralizados y distribuidos, como redes horizontales de conexión y  colaboración; más bien como verticales, de arriba hacia abajo sistemas jerárquicos de control en los viejos sistemas.

Mientras que los modelos anteriores de la civilización continuaron creciendo a través de la creciente centralización y la jerarquía, que han entrado en la historia con un grito de muerte y la aparición de colapso final. Los nuevos modelos emergentes todos muestran una marcada conectividad la cual en terminología de la ciencia cuántica, se puede denominar como ‘enredo’. ¿Cuáles son algunos de estos nuevos modelos?

Nuevos modelos Akáshicos

1.- LA CIENCIA

El reto es traer a la atención de la gente de la visión del mundo emergente en el filo de la ciencia.

De acuerdo con los últimos descubrimientos en las ciencias cuánticas el estado cuántico de partículas, e incluso de átomos enteros, se puede proyectar al instante a cualquier distancia finita. Esto ha llegado a ser conocido como “teletransporte”.

Además, las interacciones cuántica basada en resonancia instantánea han descubierto que operan en los sistemas vivos, e incluso en el universo en general. Tales interacciones basadas en resonancia cuántica dan lugar al fenómeno conocido como coherencia.

La observada coherencia  sugiere interacción “no local” entre las partes o elementos de los sistemas: interacción que trasciende de los límites reconocidos de espacio y tiempo.

Este tipo de interacción superficies no sólo en el dominio cuántico pero, sorprendentemente, también en dimensiones macroscópicas. El paradigma Akásico convierte nuestra imagen actual del mundo en su cabeza. En el contexto cotidiano pensamos que las cosas que vemos son reales, y el espacio que les envuelve está vacío y pasivo.

Este concepto ahora está siendo volteado. Es el espacio que incorpora cosas que es real, y las cosas que se mueven en el espacio que son secundarias. Esta es la dimensión profunda del mundo los antiguos indios rishis  llamados Akasha. Sus intuiciones  es ahora  confirmadas a la vanguardia de las ciencias.

El nuevo paradigma Akáshico es un paradigma holístico. Todas las cosas interactúan con todas las otras cosas, y todas las cosas son lo que son a través de sus interacciones.
La plenitud es la esencia del nuevo concepto de la realidad. El mundo es un todo coherente, formado por piezas o elementos relacionados con coherencia cada una a la otra. El paradigma holístico Akásico da una orientación importante para nosotros, tanto individual como colectivamente.

Reconociendo la importancia fundamental de la coherencia es la clave para nuestra salud y el bienestar individual. Con la nueva visión que emerge a la vanguardia de las ciencias, podemos dar crédito a nuestro sentido vital de la unidad y conexión inherente – y por lo tanto cómo nos comunicamos como especie.

2.- Comunicación

Una nueva forma de conciencia participativa ha ido surgiendo a través de nuestro aumento de la interconexión e intercomunicación global. Este es un modelo distribuido que conecta a la gente horizontal de una manera más igualitaria en lugar de a través de estructuras de arriba hacia abajo.

Ya no tenemos que seguir siendo la audiencia pasiva, como  durante las revoluciones anteriores de comunicación de radio y televisión. El diálogo está ahora cambiando a un dominio más activo que las personas se están poniendo en escena y la orquestación de sus propias conexiones, la presencia y la autoexpresión.

Una forma más madura de la inteligencia social colectiva se está desarrollando en todo el mundo. Es probable que la sociedad civil, que es el mayor movimiento en la historia, va a crecer para ser más dominante e influyente en la transformación de nuestras sociedades.

Para pertenecer a esta familia diversa y sin embargo unificada no es sólo una responsabilidad; también es una bendición. Los nuevos contornos de conexión y comunicación están predispuestos un formato ascendente no jerárquico: esta es la esencia de los modelos funcionales para la Edad Akáshica.

Externamente que podría  parecer ser una enorme, distante y separada colección de la gente, sin embargo, la realidad es todo lo contrario. La realidad es que formamos una densa especie, íntimas, estrechamente entrelazadas de varias razas, compartiendo un sentido de ser no local. Las generaciones más jóvenes de personas en el mundo están creciendo con una nueva expresión de la conciencia.

Las recientes exploraciones de la psique humana – psicológica, psicoanalítica, transpersonal, etc – se mezclan con las tecnologías de comunicación que inspiran un modo más reflexivo de pensamiento. Cada vez son más las interacciones diarias son empáticas como la gente reacciona y comparte noticias, historias e impactos emocionales a partir de fuentes de todo el mundo.

3.- La conciencia

Nuestro sentido moderno de la auto-conciencia, y nuestro cuerpo físico / emocional / espiritual han evolucionado para enraizar en un mundo social: un mundo de relaciones extendidas y conectividad social. Nos hemos estado preparando para la venida de una Era Akáshica.

La humanidad podría  decirse que es ‘cableada’ para evolucionar  y convertirse en una extensión de si mimo – unidad dentro de la diversidad. Nuestra diversidad se fortalece a través de nuestras conexiones, colaboraciones, y la conciencia compartida. Nuestra unidad se ve reforzada a través de nuestra empatía, compasión y sentido de la responsabilidad y el destino compartido.

Estamos respondiendo hoy a un flujo de información sin precedentes que está catalizando una reestructuración de nuestros estados psicológicos internos, así como nuestras estructuras sociales externas. Una nueva conciencia en la conciencia humana está naciendo: una conciencia Akáshica.

Este período de revolucionario  cambio  requiere una transformación cualitativa en nuestra conciencia. No necesitamos ejercer el poder físico o político para ser agentes efectivos de esta transformación. Cada uno de nosotros podemos aprender a ampliar y perfeccionar nuestras formas de percepción, pensamiento y acción.

Los aspectos de una conciencia evolutiva sugieren una mente empática que es consciente de su conectividad tanto a nivel local como a nivel mundial, tanto física como no física. El nuevo paradigma Akasha reconoce que la coherencia del conjunto es una condición previa para el funcionamiento de las partes.

Es importante entonces que la coherencia no es simplemente un atributo individual. La forma correcta de ser y de actuar no es sólo para mejorar nuestra propia coherencia individual, sino para contribuir a la coherencia de los sistemas que sustentan el marco y nuestra vida.

Esto significa lograr o salvaguardar nuestra coherencia con nuestros compañeros en una comunidad, en un estado y la nación, en una cultura y en el mundo viviente como un todo. Esta forma de comportarse es compatible con los preceptos de resonancia cuántica  basada no en una conciencia local , sino en  – una conciencia Akáshica.

Un estado de conciencia que refleja la unidad dentro de la diversidad se desarrolla a través de la actividad humana que expresa a la vez una mayor individualización y un mayor sentido de la responsabilidad compartida.

Es hora para ver nuestra situación a través de la lente de gran angular de la sabiduría que necesitamos para empezar a ver, entender y actuar sobre el cuadro más grande. Reconociendo la imagen más grande, y la importancia central de la coherencia, es una clave para nuestra salud y bienestar de las personas, así como para la supervivencia de nuestra especie.

A medida que los biólogos evolucionistas nos dicen, llega un momento en el desarrollo y crecimiento de especies cuando la necesidad de colaborar en vez de competir no sólo se convierte en una ventaja, sino un imperativo evolutivo.

Los signos de esta mayor conectividad de intercambio se han desarrollado dentro de nuestras culturas modernas durante algunos años. Ellos jugarán un papel decisivo en la creación de nuestras comunidades humanas y  sostenibles como comunidades de los amaneceres de la Era Akásica.

4.- Comunidad

Tener un  futuro saludable  y vibrante significa  invertir en las personas, en nuestras comunidades, y en nuestro sentido de unidad. Al igual que en las viejas economías de regalo, el valor intrínseco viene a través de dar en vez de cuidarse sólo a uno mismo; es decir, el valor del servicio a otros en lugar de solo servir -a-uno mismo.

Podemos dejar atrás el énfasis en una ‘talla única’ modelo prescriptivo y dirigir hacia variaciones locales – activos, recursos, etc – que puede estimular la aparición de descubrimientos, actividad y soluciones creativas de acuerdo con ubicaciones diferentes.

La escala local es el más robusta, y como tal, el futuro tiene que convertirse inherentemente más local: un movimiento intencional hacia la auto-dependencia local. Tales disposiciones podrían incluir formas locales de moneda; energía comunitaria que sea localmente administrada; producción  y distribución local de alimentos; y empresas sociales locales.

Las extensas tecnologías de la comunicación y la conectividad que tenemos en la actualidad pueden, y deben ser, mantenidos y sostenidos como una prioridad para que las regiones y las comunidades locales no sólo puedan mantenerse en contacto, sino también colaborar y compartir habilidades y  recursos. En otras palabras, el aumento de los centros localizados operando dentro de las redes globales.

Estos centros localizados involucran a las comunidades que son, colectivos de auto-organización de autodefinición; densas localizaciones de los recursos y la distribución de recursos. La localización es, después de todo, también la celebración del lugar. La gente puede estar orgullosa del desarrollo local y dependencia, independientemente de sus ideologías políticas.

Como regiones cambian su enfoque en lo que son capaces de ofrecer, tales como productos locales y comida, esto podría estimular una revitalización de las distintas culturas locales. Un aumento en el crecimiento local y la resistencia estaría apoyada por nuestras redes globales.

Este tipo de redes facilitarían también un alejamiento de las tecnologías más pesadas » basado en la centralización del control hacia las redes distribuidas que requieren menos energía para sostenerlos. Es decir, las infraestructuras de servicios públicos fuertemente centralizados necesitan ser reemplazados por las redes horizontales, descentralizadas y distribuidas.

No estoy hablando de ‘volver’ a un estado más primitivo. Por el contrario, sugiero que nos relacionamos con la pasión de la gente por el cambio en lugar de con su miedo.

Una respuesta global alineada, a través de la utilización de los recursos locales y activos, puede ser una forma de fomentar la coherencia en toda la sociedad. Aunque el camino a aumentar la auto-dependencia local podría no ser una manera tan fácil y alegre que nos  gustaría creer, esto se convertirá en nuestra ventaja.

El duro trabajo involucrado en ‘hacer las cosas de manera diferente también nos puede ofrecer una apreciación más profunda de nuestras relaciones humanas, nuestra matriz de la familia, amigos y vecinos, así como la satisfacción de aprender nuevas capacidades y habilidades.

El paradigma Akasha nos da una visión coherente de nosotros mismos, de la naturaleza y del cosmos. Nuestra capacidad de hacer los cambios necesarios en este momento crítico equipa a nuestra especie con potencial para resolver nuestros problemas actuales y futuros.

Estamos a punto de ver un cambio profundo en el tenor de la vida humana en este planeta. Todo lo que hacemos hoy es acerca de este monumental cambio hacia una Edad Akáshica.

Hacia Una Era Akáshica

A menudo sucede que un despertar en la conciencia despierta la necesidad de involucrarse en el servicio para un propósito común; basado en la conciencia de que cada uno de nosotros finalmente estamos, enredados con todos los demas dentro de la red de la vida.

Lo que elegimos hacer hoy será heredado por el mundo por venir. Cada uno de nosotros por lo tanto tenemos la obligación de fomentar un mundo más integral, empático, y sostenible.

Para que nuestro planeta tenga un futuro que no sólo sea sostenible, sino que también fomente el crecimiento del desarrollo humano y el bienestar, necesitamos una edad Akásica que promueve el flujo integrado natural de los sistemas vivos.

Una era así alentaría a la sociedad, así como la auto-realización, y las plantas de las semillas de una nueva cultura que respeta y hace honor a la Tierra y sus diversos pueblos.

La Edad Akásica representa una nueva etapa en la conciencia humana, una etapa que permite que la humanidad se eleve y superar todos los retos a los que se enfrenta. Depende de nosotros para permitir la posibilidad de que tal edad puede ser algo más que un posible futuro. Puede ser nuestro futuro, si realmente queremos que sea.

Kingsley L. Dennis, Realidad Sandwitch  

La Edad Akáshico es un término y el concepto explorado por Ervin Laszlo  co-autor del libro albores de la era Akáshicos: Nueva Conciencia, Resonancia Cuántica, y el Futuro del Mundo (Inner Traditions, 2013).

 

 

 

 

 

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